Por
provenir de nombre escocés –Schottissch- fueron
varias sus grafías. Optamos por transcribirlo como suena.
Su
ciclo está unido a las danzas que en la segunda mitad del siglo XIX cundieron
por el Plata, trayendo la novedad del baile tomado y la amistad con el
acordeón. De modo que remitimos a lo dicho en la Polca, fundamentalmente.
También, con sus más y sus menos, a lo historiado sobre Vals y Habanera.
De
profusa transcripción de pentagramas en folletos y publicaciones en casas de
músicas, no es difícil imaginarlo finisecular o ya entrado el siglo XX,
acompañando al Estilismo en guitarra o piano, conducidos a casas porteñas o
provincianas por adustos profesores que dieron en divulgarlo y enseñarlo a numerosa
pléyade de alumnos.