Con
cierto aire de Minué –o acaso Minué con
allegro- al igual que El Prado deriva su nombre de su estribillo,
esperanzado de recibir “el chocolate a la cama”, al parecer costumbre
provinciana para homenajear recién casados en su primer despertar de cónyuges.
Cierta
solemnidad de salón se suaviza con el mencionado allegro, que no es otra cosa que un Gato y su picardía, disimulado
entre la gravedad de la danza.
Aseguran
que San Martín lo llevó a Chile y que anduvo por las provincias norteñas,
cuyanas y centrales, con fuerte arraigo en ciudad y provincia de Buenos Aires.
Emparentada
a La Condición, La Sajuariana y el Minué Federal, los estudiosos la derivan de
La Gavota. Prolongado largamente en el tiempo, El Cuándo remite a festividades
escolares, donde se la suele preferir, de igual modo que en fiestas patrias al
Pericón o al Cielo. Y se lo conoce por su consabida letra, donde el amante duda
y no resuelve sin desposar a la rica o a la pobre. A veces, cambia la infusión
matutina o al menos su deseo, pues también se pide “el matecito”.