En una noche de luna
y estando en el Paraguay,
aspirando el dulce aroma
de un frondoso naranjal;
vi a una joven paraguaya
de tierna y hermosa faz,
sentada al pie de un naranjo
suspirando sin cesar.
¿Por qué suspiras? le dije
con tan profundo dolor?
¡Ay suspiro porque tengo
desgarrado el corazón;
la Guerra de Tres Naciones
que a mi Patria desoló,
en el mundo abandonada
sola y triste me dejó.
(Mi menor) Canción
de mendigos tras la Guerra del Paraguay. Es letra de Don Victorino Abente y
Lago.